A veces cuando pensamos en relajación suele venirnos a la cabeza una imagen de alguien que está recostado, descansando, sintiendo la paz de sus músculos y de su alma; o tal vez alguien sentado en un cómodo sillón. Luego de un día de trabajo agitado y con estrés, toda esa tensión (los que pueden) puede ser soltada. Y es así como encontramos innumerables técnicas de relajación que nos enseñan a liberar dichas tensiones.
Si alguien ha relizado una de estas técnicas, recordará cómo se han sentido después de realizarlas (“como si hubiese dormido mucho tiempo” dirían algunos o “ estoy tan relajado que me ha dado sueño” dirían otros). Y esto es lógico, a una máxima tensión (Yang) habrá luego una máxima relajación (Yin).
Esto nos sirve y nos seguirá sirviendo. Ahora bien, el TAI CHI CHUAN (entre otras muchas cosas que no abarcan en un solo artículo) propone algo más, propone ir más allá.
Veamos primero qué es el TAI CHI CHUAN. Podríamos definirlo como un arte marcial interno que desarrolla el chi (energía) en todos sus aspectos a través de la respiración, el movimiento y la concentración mental. Este arte puede ser utilizado tanto en sus aspectos marciales como de salud y meditativos. Tal vez hayamos visto en las plazas o parques gente moviéndose lentamente “como si nadara en el aire”.
Uno de los aspectos principales del TAI CHI es la relajación. Esta no es entendida como el mero hecho de soltar las tensiones y abandonarse; sino como una “relajación atenta”, una relajación en el movimiento. Hay veces que actuamos como en patrones. Por ejemplo: Siempre que trabajo en la oficina (o cualquier otro lugar) lo hago sin descanso, en tensión y luego cuando llego a casa me relajo. Es entonces que mi único patrón de relajación es luego de un esfuerzo o tendido en una colchoneta como he aprendido.
El TAI CHI propone una relajación dentro del movimiento, no sólo del ejercicio en sí mismo, sino también dentro del movimiento cotidiano. También propone una relajación atenta en el aquí y ahora (no una relajación en estado de sopor o en un planeta lejano). Esta relajación atenta, necesaria obviamente en las artes marciales, nos invita a estar más en contacto con nuestro cuerpo, nuestras tensiones y nosotros mismos. Es también esta relajación la que nos permitirá abrir los canales (meridianos) para poder contactarnos con el chi.
Para poder permanecer en este estado de relajación no podemos desconectarnos de dos aspectos: la respiración y la relajación mental. Somos mente-cuerpo, toda tensión muscular es tensión mental y viceversa, toda relajación mental es también relajación corporal. Por lo tanto, en el TAI CHI, la relajación pasa a ser una puerta que nos puede llevar a una mayor relajación mental, a un mayor conocimiento de cómo manejamos nuestras energías y a un estado adecuado de tensión que nos permita interactuar en este mundo sin tanto esfuerzo.
Lic. Adrian Corbo
Medicina traidicional china
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Moxa y Ventosas Chinas
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