Uno de los beneficios en la práctica del tai chi Chuan es la mejora de la atención y de la concentración. Esto es debido a que al practicar tai chi nuestra mente debe estar centrada en puntos específicos de nuestro cuerpo para una mejor circulación del chi o energía vital. Pero ¿que queremos decir con esto?. Es muy común observar en nuestra vida cotidiana momentos en los cuales, ya sea porque realizamos algún trabajo o ejercicio mecánico o porque estamos preocupados por un determinado motivo, disociamos mente de cuerpo. Es probable que alguna vez hayamos tenido algún contratiempo por “haber estado pensando en otra cosa y no poner atención en lo que estaba haciendo”.
En el tai chi chuan, la mente mueve al chi (energía vital) y el chi mueve al cuerpo. Es por ello que mientras practicamos Tai Chi Chuan, la mente está centrada y atenta no solamente a lo que ocurre en el cuerpo, sino que también tiene una función activa. Esta función activa es llevar la atención al Dan Tien Inferior (centro energético ubicado en el vientre), es acumular y mover la energía allí, cambiando definitivamente nuestra forma de movernos y de percibirnos. Esto es totalmente opuesto a realizar un ejercicio de forma mecánica, como si camináramos en una cinta mientras pensásemos en las obligaciones del día siguiente.
En el Tai Chi Chuan mente y cuerpo están en una completa unidad. Para ello es necesario aprender tanto relajación mental como física. No una relajación que me desconecte de mi ser sino una relajación atenta al movimiento. Este es otro de los principios que se trabajan en el tai chi, de hecho es el primero de los principios.
Esta forma de movimiento y manejo de la energía, observable también en otras prácticas orientales como el Chi Kung, no debe ser limitada a la práctica del Tai Chi, sino que, como todos los principios del Tai chi Chuan, deberían ser llevados a la vida cotidiana.
En la vida cotidiana estar focalizado en los que estamos haciendo manteniendo una relajación atenta, es también cuidar y usar correctamente el chi.
Un ejercicio sencillo para comenzar es la respiración. Veamos un ejercicio:
- Comience con colocarse en una postura lo mas cómodamente derecha (es importante que la columna este derecha para un correcto fluir del chi). Puede, por ejemplo, sentarse y colocarse un almohadón en los riñones para descansar la columna lumbar.
- Lleve la atención, la mirada interior, a cada parte de su cuerpo, desde la cabeza a los pies. Observe sus ojos, frente, cuello, brazos, hombros, espalda, cintura, pelvis, piernas, pies, etc.
- Si tiene alguna tensión puede simplemente observarla, sin intentar modificarla o imaginar que se relaja.
- Lleve la atención hacia un punto dos a tres centímetros por debajo del ombligo y cuatro por dentro. Observa la respiración sin intentar modificarla, simplemente observe, contemple.
- Pueden venir pensamientos y emociones; vuelva al punto de atención sin luchar tantas veces como sea necesario, pero no luche.
- Deje salir cada vez un poco mas de aire, pero no fuerce la salida, el aire entrará lo que necesite. Cuando mas salga, mas espacio habrá para que entre.
- Cada vez que salga el aire, meta el abdomen para adentro y PERMITA que el aire entre sin esfuerzo al abdomen. Contemple la respiración como si contemplara un paisaje o algún suceso. Simplemente OBSERVE. Su atención y concentración está allí.
- La mente y el cuerpo están unidos en un solo acto.
Esta respiración sencilla es un buen ejercicio tanto físico (con todos los beneficios de la respiración abdominal) como mental. En esta respiración hemos trabajado el cuerpo (masajeando con el diafragma casi todos los órganos) y hemos trabajado la atención y concentración. Por lo tanto ha habido un movimiento del chi, hacia el Dan Tien.
En el tai chi esta respiración (y otras) está presente en todo momento. Llevamos el chi al Dan Tien para luego llevarlo hacia otras partes del cuerpo, en función de lo que queramos hacer.
Los movimientos en el tai chi tienen la misma característica que el mencionado anteriormente: son movimientos suaves, relajados y sobretodo concientes. Movimiento, mente y chi están unidos en una danza única
Esto, en nuestra vida cotidiana, nos lleva no sólo a un mejor trabajo del cuerpo sino que al focalizar la mente logramos poco a poco una mayor concentración y atención en general en todas nuestras actividades. También nos ayuda a tener un mejor desarrollo de nuestro chi lo que conduce a una mayor vitalidad general, un mayor conocimiento de cómo viaja el chi en nuestro cuerpo y cómo se comporta éste ante las situaciones de vida.
La práctica del tai chi es un retorno a la naturaleza perdida, a ese movimiento que fue natural en algún momento y que hemos perdido poco a poco sin darnos cuenta. Es un retorno conciente y relajado a la naturaleza que existe dentro nuestro.
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